Fuencaliente es el municipio más meridional de la isla, y, aunque destaca por su naturaleza volcánica también encontramos: Una reserva marina, vinos, senderos, playas y calas de arena negra, salinas, pinares… que ofrecen una gran variedad de experiencias inolvidables.
Esta zona, está marcada por las erupciones volcánicas que dejaron paso a extensos campos de lava.
Uno de los volcanes más bonitos de la isla, es el Volcán de San Antonio.
Cuando despertó en 1677, contribuyó a dibujar la orografía de esta zona.
Podemos bordearlo por un sendero perfectamente señalizado sintiendo como la tierra cruje bajo nuestros pies… ¡¡una experiencia única!!.
Desde arriba del cráter, habitualmente hace mucho viento, tenedlo en cuenta para sujetar bien el móvil porque fotos vais a hacer seguro.
En su última erupción, el Volcán de San Antonio sepultó bajo un río de lava el manantial del que toma nombre el municipio «Fuen Santa». Sus aguas termales, ricas en azufre y otros minerales ya utilizaban los nativos de la isla con fines curativos.
A los pies de «Fuen Santa» aparece la playa de Echentive, también conocida como Playa Nueva.
Son 275 metros de litoral salvaje que surgió de la tierra tras la erupción del volcán Teneguía en 1971.
Os recomendamos ir equipados con los apeos de playa porque si vais a la parte trasera de esta playa podréis bañaros en alguna de las charcas de aguas cristalinas y verdes que allí se esconden.
Muy cerca de aquí se encuentran las famosas salinas y el faro de Fuencaliente.
Salinas y Faro de Fuencaliente
Se trata de un complejo salinero que desde 1967 ha continuado su labor de extracción artesanal de sal marina.
Además de buena sal, en esta parte de la isla se producen muy buenos vinos, y es que, las peculiaridades del suelo, han convertido esta zona en una de las comarcas vinícolas más importantes de Canarias.
Encontramos desde vinos blancos secos a tintos o rosados, y como no, el Malvasía, el más emblemático de los vinos de La Palma que escritores como Shakespeare ya calificaron como «Néctar de los Dioses».
Para conocer sus métodos de producción y catar los vinos, lo mejor es visitar alguna de sus bodegas.
Una última recomendación. Si os gusta el senderismo, no os podéis perder la Ruta de Los Volcanes de 25km que finaliza en el Faro de Fuencaliente.
Parque Arqueológico de Belmaco
No os podéis marchar de esta zona sin visitar el Parque Arqueológico de Belmaco donde tuvimos dos anfitrionas excepcionales: Mary y Marlene, a las que les queremos dar las gracias desde aquí por invitarnos a visitar Belmaco.
En Belmaco, allá por el siglo XVIII se descubrieron los primeros petrogliflos de las Islas Canarias. ¡Ah! que esto de los petroglifos no os suena… pues nada mejor que una foto para explicarlo.
¿Podéis distinguir los grabados que hay en la piedra con forma de espiral? Pues eso, es un petroglifo. Al fin y al cabo, al igual que nuestros antepasados pintaban (pinturas rupestres) también nos dejaron estos grabados que son el antecedente más cercano a la escritura.
En las cuevas de Belmaco vivían los benahoritas, antiguos habitantes de Benahore (actual La Palma). Según la tradición popular, aquí habitaron los últimos reyes del cantón de Mazo: Juguiro y Garehagua
Se trata de una visita muy agradable, en la que, gracias a la localización de la cueva, la flora autóctona, los paneles informativos y el museo os podéis hacer una idea de como vivían los antiguos habitantes de la isla de La Palma. Descubriréis que, en realidad, nuestro estilo de vida no dista mucho del de ellos.
Aunque, quizás, esta visita no este presente en vuestros planes, animaros a hacerla porque… ¡¡os encantará!!