¿Alguna vez has sentido que el tiempo se detiene? Pues en Goslar y Hildesheim no es que se detenga, ¡es que directamente regresa a la Edad Media!
Pero tranquilidad, que aquí no te encontrarás con dragones, aunque tal vez sí con alguna gárgola un poco intimidante.
Si te encanta la historia y las calles y casas de cuento, ¡sigue leyendo! Y si no… bueno, también hay cerveza alemana, que siempre es un buen plan.
Goslar: Historia imperial y naturaleza en los Montes Harz.
Empezamos con Goslar, una ciudad tan bonita que si las calles hablaran, probablemente te dirían: «¡Vuelve pronto!».
Goslar, Alemania, no solo ofrece un refugio para los apasionados por la historia y la arquitectura, sino que también es un ejemplo de cómo una ciudad puede prosperar integrando la naturaleza en su desarrollo urbano. La cercana sierra del Harz no solo ofrece una impresionante vista desde la ciudad, sino que también proporciona a residentes y visitantes un sinfín de actividades al aire libre, desde rutas de senderismo hasta circuitos de ciclismo.
Además, la ciudad acoge una vibrante escena artística contemporánea, donde talleres y galerías se unen para exhibir lo mejor del arte moderno en un entorno histórico. Este contraste entre lo nuevo y lo antiguo es un testimonio del dinamismo cultural de Goslar.
Qué ver en Goslar:
- Palacio Imperial (Kaiserpfalz): Este palacio, construido en el siglo XI, fue la residencia de emperadores alemanes. Al entrar, lo primero que te llamará la atención son los enormes frescos que adornan las paredes, representando escenas de la vida del emperador Barbarroja y otros momentos clave de la historia imperial. No solo es un monumento impresionante, sino que te transporta a la época en la que el poder imperial regía desde aquí.
- Casco Antiguo (Altstadt): Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el casco antiguo de Goslar es como caminar por las páginas de un libro de historia. Las calles adoquinadas y las casas con entramado de madera te harán sentir que has retrocedido en el tiempo. Te recomendamos que explores sin prisa, ya que cada esquina tiene detalles arquitectónicos que merecen ser admirados.
- Iglesia de San Cosme y San Damián: Esta iglesia, una de las más antiguas de la ciudad, guarda una particularidad que no puedes perderte: su campanario inclinado, un símbolo icónico de Goslar.
- Minas de Rammelsberg: Otro de los sitios Patrimonio de la Humanidad en Goslar. Estas antiguas minas de plata estuvieron en funcionamiento durante más de mil años, y jugaron un papel crucial en la economía de la ciudad. Hoy, puedes hacer una visita guiada que te lleva por los túneles subterráneos y te enseña cómo se extraía la plata en la Edad Media.
¿Cuál es la mejor época para visitar Goslar?:
Aunque Goslar es un destino perfecto durante todo el año, la Navidad es una época especialmente mágica. El mercadillo navideño de Goslar, con su famoso bosque de abetos, parece sacado de un cuento de hadas. Si prefieres evitar el frío, la primavera es también una excelente opción, cuando los montes Harz cobran vida con sus senderos de flores y el aire fresco de montaña.
Hildesheim: Arte y cultura en cada rincón.
Hildesheim, por su parte, es como esa prima que siempre tiene la casa perfecta y decorada con flores. Esta ciudad presume de dos catedrales Patrimonio de la Humanidad, y créenos, después de verlas, entenderás que tu álbum de fotos necesita más iglesias medievales… y menos selfies.
Lo imprescindible en Hildesheim:
- Catedral de Santa María: Esta catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los monumentos románicos más importantes de Alemania. Lo que más destaca es su famoso arco de bronce, una obra maestra del arte medieval que data del siglo XI. Los detalles en las puertas te dejarán sin palabras, ya que representan escenas bíblicas de una forma tan detallada que es difícil creer que fueron creadas hace casi mil años.
- Iglesia de San Miguel: Esta iglesia es otro ejemplo perfecto del arte románico. Con un diseño único en cruz y techos pintados que representan el árbol genealógico de Cristo, es un lugar que no solo asombra por su belleza, sino también por su importancia histórica. No es de extrañar que, junto con la catedral, esté en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
- Plaza del Mercado (Marktplatz): Aunque la plaza central de Hildesheim fue destruida durante la guerra, ha sido reconstruida meticulosamente, manteniendo su estilo original. Uno de los edificios más impresionantes de la plaza es la Knochenhaueramtshaus, una casa gremial decorada con intrincados tallados y pinturas que te dejarán boquiabierto. La plaza en sí es un lugar ideal para relajarse, tomar un café en una de las terrazas, y ver pasar la vida local.
Eventos culturales en Hildesheim:
Hildesheim es una ciudad muy activa culturalmente, especialmente durante el verano. El Festival de Jazz de Hildesheim es un evento anual que atrae a músicos y aficionados de todo el mundo. Si visitas en otoño, te recomendamos el Mercado Medieval, donde se recrea la vida cotidiana de la Edad Media con puestos de artesanía, comida típica, y espectáculos en vivo.
¿Por qué visitar Goslar y Hildesheim?:
Si aún no estás convencid@ de hacer las maletas, déjanos decirte que tanto Goslar como Hildesheim son lo suficientemente pequeñas como para explorarlas sin estrés y lo suficientemente grandes como para que no te aburras. Además, ¡tienen mercadillos navideños!.
Así que, si buscas una escapada llena de historia, fachadas de ensueño y ese toque imperial que te hace sentir que estás viviendo un episodio de «Los Tudor», estas ciudades son tu destino. Y si todo eso no es suficiente, siempre puedes buscar un buen pretzel para alegrarte el día.
¿Te animas a explorar Alemania con nosotras? No te olvides de seguirnos para descubrir más destinos únicos (y algún que otro dato curioso que te hará reír mientras haces las maletas).
A continuación, te dejamos toda la información que consideramos de utilidad para hacer tu visita más fácil.
Datos Básicos:
- ¿Cómo llegar a Goslar y Hildesheim desde Hannover con coche?
- ¿Cómo llegar a Goslar y Hildesheim en tren?: Ambas ciudades están muy bien conectadas por tren. Desde Hannover, el trayecto hacia Goslar o Hildesheim es de aproximadamente 30 a 45 minutos, lo que hace que sea fácil combinarlas en una misma escapada. Si vienes desde Berlín o Hamburgo, también tienes trenes directos que te llevarán en pocas horas.