Varsovia es una de esas ciudades de las que, en principio, el viajero no espera mucho (todos tenemos en mente que fue destruida en un 90% en la II Guerra Mundial) pero, sin embargo, tras conocerla, la mayoría de la gente se queda con ganas de volver. Tanto es así que nosotras ya ¡¡la hemos visitado en 3 ocasiones!!
No queremos haceros esperar más. Os llevamos de paseo por Varsovia.
Empezamos por la Ciudad Vieja (Stare Miasto). Como os comentábamos anteriormente, debido a los bombardeos de la II Guerra Mundial, fue totalmente destruida. Casi 2 décadas de trabajo fueron necesarias para reconstruirla meticulosamente respetando siempre el aspecto de la original, lo que la ha llevado a ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Todos los caminos os llevaran a la Plaza del Castillo, quizás, una de las más reconocibles de Varsovia.
El castillo se puede visitar, os dejamos aquí el enlace para que podáis comprar las entradas online.
Las principales estancias que están abiertas al público son la Sala de Audiencias, la capilla, la Sala de Mármol, el Salón de Asambleas, la Sala del Trono y la Cámara del Consejo.
Desde uno de los laterales del castillo sale un túnel elevado que comunica con la Catedral de San Juan. Se construyó tras el intento de asesinato del rey Segismundo III mientras iba misa. Además, el ala este del Castillo Real acoge una importante colección de pintura que incluye obras de Canaletto y de Rembrandt.
En el año 2012, la gran sequía estival reveló un tesoro que había permanecido 400 años en el fondo del río Vístula. Se trataba de joyas y otros objetos de valor que los suecos robaron del Castillo de Varsovia en el siglo XVII, durante la invasión de Polonia.
Frente al castillo se encuentra la emblemática Columna de Segismundo (sí, ese al que intentaron asesinar), erigida en 1644 para homenajear al rey Segismundo III.
Desde aquí entramos de lleno en la Ciudad Vieja. Os recomendamos que os perdáis por sus pintorescas calles empedradas hasta llegar a la Plaza del Casco Antiguo (Rynek Starego Miasta).
Esta plaza, es el punto de encuentro de turistas y locales, puedes tomar algo en alguno de los restaurantes con terrazas que la rodean o ver algún pintor o artista callejero.
Otra de las zonas más importantes que visitar en Varsovia es la Ciudad Nueva (Nowe Miasto), fundada a finales del siglo XIV.
Se encuentra separada de la Ciudad Vieja por la Barbacana, una fortaleza que formaba parte de la muralla que rodeaba la ciudad en la época Medieval.
Además de la iglesia de San Casimiro que se caracteriza por su fachada blanca, en esta plaza encontrarás una estatua de Marie Curie, la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades (Física y Química) y nacida en esta ciudad.
Después, os recomendamos asomaros al Vístula desde el Boulevard Karskiego.
Volvemos a la Barbacana para coger la calle Dluga que nos llevará directamente hasta el Monumento al Alzamiento de Varsovia, otro de los símbolos de la ciudad.
Está divido en 2 partes. En la primera, más pequeña, hay un sacerdote y varios soldados saliendo de una alcantarilla. Y os preguntaréis… ¿Por qué salen de una alcantarilla? Pues porque esa era la forma que tenían los miembros de la resistencia para moverse por la ciudad. En la segunda parte están representados soldados del ejercito de liberación.
Si regresamos a la Plaza del Castillo, a unos 10 minutos andando por la calle Senatorska nos encontramos con los Jardines Sajones y la Tumba del Soldado Desconocido.
Los Jardines Sajones fueron diseñados entre 1713 y 1733. En 1727 se convierten en el primer parque público de Polonia.
El jardín de verano, el teatro y el Palacio Saski fueron destruidos en 1944 durante la Sublevación de Varsovia. El parque fue diseñado en estilo francés, pero fue reformado y transformado en estilo Inglés.
Hoy en día los jardines están adornados con 21 estatuas barrocas de piedra arenisca y una bonita fuente. Los restos del Palacio Saski que sobrevivieron tras la Sublevación de Varsovia son conocidos hoy como la Tumba del Soldado Desconocido, cuyas reliquias fueron traídas desde el campo de batalla de Lviv en 1925.
En la plaza hay un monumento al mariscal Jozef Pilsudski, que mira hacía la tumba mientras descansa en su sable. La tumba está custodiada por soldados del ejército polaco y es el lugar donde las delegaciones oficiales muy a menudo van a dejar coronas y flores.
Por último nos dirigimos al Palacio de la Cultura y la Ciencia. Seguro que dicho así, no os suena de nada pero… ¿y si os decimos que se trata del famoso rascacielos ruso cuya silueta es muy, muy característica y conocida? Ahora… ya es otra cosa, ¿verdad?
El Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia tiene 42 pisos, 237 metros de altura y 3.000 habitaciones, ¡un edificio de récords! El palacio fue durante muchos años el rascacielos más alto de Polonia y hoy en día continúa siendo el edificio más alto de Varsovia.
Además de tratarse de todo un punto de referencia en la capital, es el símbolo de la Varsovia moderna. El Palacio de la Cultura y la Ciencia alberga varios teatros, museos, cafeterías, un cine y la oficina de información turística.
Stalin quiso obsequiar a la capital de Polonia con un regalo del pueblo ruso. Mandó a sus mejores arquitectos a Nueva York a empaparse de las nuevas corrientes arquitectónicas y regresar con ideas frescas para construir un edificio sin precedentes en Varsovia.
En 1955 se terminó la construcción del Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia. Unos 5.000 trabajadores formaron parte de los equipos de construcción de este rascacielos que pronto se convertiría en todo un símbolo de la Varsovia comunista. Durante sus primeros años, los varsovianos se referían al Palacio como el “edificio Stalin”.
Al principio, el edificio Stalin suscitó mucha aversión entre los habitantes de Varsovia, que lo veían como un símbolo del régimen comunista. Hoy en día, la presencia del Palacio de la Cultura y Ciencia está más aceptada y se ha convertido en todo un símbolo de la capital.
Su estructura recuerda al Empire State de Nueva York.
El mirador del Palacio de la Cultura y la Ciencia es una visita imprescindible ya que obtendréis las mejores vistas de la capital. Un ascensor os llevará en cuestión de segundos a un salón de estilo gótico que comunica con la terraza mirador del rascacielos, a 114 metros de altura.
Os dejamos aquí el enlace donde podréis comprar las entradas.
En el mirador podréis descansar en las tumbonas, tomar algo en la cafetería y disfrutar de una imagen panorámica de Varsovia. Os recomendamos subir de noche. ¡Las vistas son mágicas!
Palacio Wilanow
El Palacio Wilanów es una de las residencias veraniegas del rey Juan III Sobieski aunque también fue utilizado por el rey Augustus II.
El nombre Wilanów (que deriva de «Villa Nova) lo eligió el rey Juan III cuando compró, en 1677 las tierras en las que se levantaba una pequeña residencia.
La primera remodelación consistió solamente en la ampliación de la casa existente. Pero a medida que la realeza ganaba poder e influencia, se decidió una remodelación mayor, que finalizó en 1696. El Palacio resultante reúne elementos de una típica villa italiana, con un palacio francés.
Cuando el rey murió quedaron a cargo del palacio sus hijos, que lo vendieron, en 1720, a Elizabeth Sieniawska.
Luego, entre 1730 y 1733, fue ocupado por el rey Augustus II, quien realizó nuevas reformas, especialmente en la decoración del palacio.
A mediados del siglo XVIII, Izabela Lubomirska heredó la propiedad. 60 años después, la cedió a su hija y su yerno, Stanislaw Kostka Potocki. A ellos se debe la apertura de uno de los primeros museos de Polonia, en el Palacio Wilanów, en 1805.
En el palacio podemos ver la Galería de Retratos Polacos, y las colecciones de objetos decorativos y de uso cotidiano del palacio, las habitaciones reales, salones de música, y los apartamentos privados de los reyes y princesas que allí vivieron.
El Parque Wilanów forma parte integral del complejo real. Tiene 45 hectáreas, y está dividió en varios sectores:
– Jardín Barroco: Es la parte más antigua del Parque Wilanów. Tiene 2 terrazas naturales formadas por el río Vístula.
– Jardín Chino-Inglés: A este jardín se llega desde el Jardín de Rosas, o desde la terraza superior del jardín barroco. Tiene forma irregular, con caminos que bordean un estanque, y una abundante vegetación. Uno de los sectores del jardín es el Monte de Baco, que fue en un tiempo un viñedo. La estatua de Baco que lo coronaba se reemplazó por una estatua de la Victoria.
– Jardín Paisajista Inglés: En el jardín hay un lago natural, al que se agregó un dique y una isla artificial. Dentro del jardín funciona la reserva Parque Morysinski.
– Jardín de Rosas: Es un jardín neo-renacentista hecho al estilo de los «jardines secretos» de las villas italianas. El jardín presenta macizos de rosas, de formas geométricas, separados por amplios senderos.
En definitiva, este palacio es una visita indispensable si visitáis Varsovia. Os dejamos aquí el enlace donde encontraréis información sobre horarios y precios.