¿Estás buscando una escapada diferente, para desconectar, reencontrarte contigo mismo, descubrir lugares naturales y otros con mucha historia y que no se te dispare el presupuesto?
Pues lo tienes más cerca de lo que te imaginas, en las provincia de Salamanca y Zamora, que tiene mucho más que ofrecer que su espectacular capital y te lo vamos a contar. Así que sigue leyendo y descubre estos 5 lugares que no te puedes perder y, nuestra recomendación de alojamiento en una increíble posada rural.
1. Pozo de los Humos. Salamanca
Esta imponente cascada de 50 metros de altura, formada por el río Uces, la encontrarás entre las localidades salmantinas de Masueco y Pereña de la Rivera, cerquita ya de la frontera con Portugal y formando parte del Parque Natural de los Arribes del Duero. ¿El nombre te resulta curioso? Pues viene del propio salto que, debido a la espectacular fuerza del agua al caer, crea un humo y neblina que hacen que esta cascada sea un espectáculo único.
¿Y es muy difícil llegar a este espectáculo de la naturaleza? No demasiado, pero si te va a tocar andar un poquito ¡Te lo contamos!
Se puede llegar haciendo dos rutas. Nosotras escogimos hacer la que parte de Masueco. En el mismo pueblo hay señales que te indican hacia el Pozo de los Humos, así que no tiene pérdida. Tendrás que coger un camino de gravilla (en buen estado) y al final hay un aparcamiento habilitado donde debes dejar el coche.
Desde aquí son unos 3km de bajada hasta llegar a los miradores de la cascada. El camino es fácil, pero sin sombra. Así que, si vas en días de calor, elige bien la hora para no torrarte mucho.
Una vez abajo, no te queda más que disfrutar desde los miradores el paisaje, la cascada y retomar fuerzas, ya que el camino de subida quizá se te haga un poco durillo.
Para ver el Pozo de los Humos en todo su esplendor, la mejor época suele ser la primavera, pero para asegurarte que haya bastante caudal, puedes llamar a la oficina de turismo de Masueco y pedirles información.
2. Mirador del Fraile y salto de Aldeadávila de la Rivera. Salamanca
En los arribes del Duero hay mogollón de miradores. Es complicado que en el mismo día puedas ver todos si te quieres detener en cada uno un poquito y observar las vistas y las rapaces, que casi puedes tocar con tus manos.
Nosotras te vamos a llevar al espectacular Mirador del Fraile, en Aldeadávila de la Rivera que, además, no está muy lejos del Pozo de los Humos.También podrás ver la magnífica obra de ingeniería del Salto de Aldeadávila.
Y ¿por qué tiene este nombre tan curioso? Pues como sabrás casi todo, tiene su historietilla. Se dice que, desde una peña cercana llamada la Silla del Fraile, se podía ver como los monjes franciscanos trabajaban en el huerto del valle de “La Verde”
Llegar al Mirador del Fraile es muy sencillo y apto para todas las edades. El coche lo tendrás que dejar en el aparcamiento que hay en el merendero “Llano de la Bodega” a unos 6km del pueblo, y desde aquí sale una carretera con descenso pronunciado, solo para ir a pie, que en algo más de 1km te llevará hasta el mirador. Si vas en época de calor, elige las primeras o las últimas horas del día, el camino no tiene sombra y damos fe de que puedes pasar calor.
Antes de llegar, hay otro pequeño lugar de observación en la curva que hace la carretera, desde aquí también hay muy buenas vistas. Podrás ver el vuelo de rapaces y también la pasarela de metal del Mirador del Fraile que está suspendida en el vacío a una altura de casi 100m.
Nada más llegar a la estructura de metal del Mirador del Fraile, te darás cuenta de que no estás en un mirador al uso. Se construyó en 2022 y actualmente es uno de los reclamos turísticos del Parque Natural de los Arribes del Duero.
Si eres un poco miedosillo, o tienes vértigo, quizá te cueste un poco pasar por el mirador. O directamente, te quedes en la parte de tierra firme y más cuando veas que, hacia la mitad de la pasarela, hay una rejilla por la que se ve la caída de 100m hasta el río Duero.
Para los que os encanta asumir riesgos, deteneos unos minutos al final del mirador. Da la sensación de estar sobrevolando los Arribes. Desde aquí verás la imponente presa de Aldeadávila, una de las más altas de España con casi 140m de altura, el cañón que forma el Duero con increíbles paredes que pueden llegar a los 200m de altura o rapaces como el águila real, el buitre leonado, o el águila perdicera que casi podrás tocar con tus manos. ¡Una experiencia inolvidable que no te puedes perder!
3. Presa de la Almendra. Salamanca y Zamora
Si te gusta ver grandes obras de ingeniería, sí o sí tienes que visitar la presa de la Almendra o de Villarino. Esta ubicada entre las localidades de Almendra (Salamanca) y Cibanal (Zamora). Es la más alta de España con 202 metros de atura y el tercer embalse más grande, tanto que llega a tener 100 km de costa. Impresionante
Desde localidades como Sardón de los Frailes se puede ver parte del embalse, además de ver algunas de las construcciones típicas de esta comarca. Pero las vistas más espectaculares son desde la presa.
Pero esto no es todo, en 1967 cuando se construyó este embalse, el pueblo de Argusino (Zamora) quedó anegado. A día de hoy, cuando el nivel del agua es muy bajo aún se pueden ver las ruinas de este pueblo y el cementerio que quedó intacto.
4. Meandro del Duero. Zamora
El meandro del Duero es otro de los lugares que no te puedes perder en la provincia de Zamora y te vamos a contar a continuación como llegar a verlo ya que encontrarlo puede ser algo confuso, tanto que nosotras nos dejamos aconsejar por un paisano y así llegamos sin problemas.
Para llegar al meandro hay que hacer una ruta de aproximadamente 1200m y dificultad moderada que parte de Pinilla de Fermoselle, una pequeña localidad que pertenece a Villar de Buey (Zamora).
Lo primero que tienes que hacer es localizar la iglesia de Pinilla de Fermoselle y aparcar aquí tu vehículo.
Verás un mural explicativo de la ruta, en el que no queda claro si el comienzo es por la derecha o por la izquierda, al no estar seguras preguntamos.
La ruta para llegar al meandro del Duero comienza hacia la derecha, verás que hay una pequeña granja con gallinas y gallos (ojito que tienen malas pulgas). Desde aquí parte un camino con bastante vegetación a los lados y descenso algo pronunciado. Este es el primer tramo de la ruta. Por cierto, te aconsejamos que lleves pantalones largos y zapatillas de senderismo.
A partir de aquí el camino está balizado, así que no tiene pérdida. La mayor parte del sendero discurre entre encinas, sin duda un paisaje muy típico de esta zona fronteriza entre España y Portugal.
Entre encinas, algún olivo y tierras de cultivo, llegarás a la zona donde se empieza a ver el Duero. Pero paciencia, aún queda un poquito para llegar al meandro. Esta parte del sendero es bastante estrecha y llena de pequeñas subidas y bajadas, así que no está de más tener cierta precaución sobre todo si vas con niños.
Nada más bajar un pequeño repecho, a la derecha hay un pequeño saliente con unas rocas desde donde ya se ve bastante bien el río y el meandro. ¡Pero ojo! Si sigues un poquito más hacia delante, que ya que estamos… ¿Qué son 300 metros más? Tendrás las vistas y la foto perfecta del bonito meandro del Duero.
El regreso a Pinilla de Fermoselle se hace por el mismo sendero. Al llegar de nuevo a la iglesia, hay una fuente, por si necesitas un poquito de agua. ¡A nosotras nos hizo falta!
5. Fermoselle. Zamora
Fermoselle, en la provincia de Zamora, es una pequeña localidad con mucho encanto en la frontera con Portugal y en el corazón de los Arribes. En cuanto pongas un pie en sus calles, verás que aún conserva ese aire a tradiciones de antaño y cultura heredada de hace muchos años que le dan un toque único.
Está considerado uno de los pueblos más bonitos de Zamora, y no es para menos. Aunque de un tiempo a esta parte hay algo más de turismo, sigue siendo una joyita oculta…¡Que queremos que la descubras!
Enclavada sobre un monte de granito, sus calles empinadas cuentan que aquí fue desterrada Doña Urraca cuando su matrimonio con Fernando II fue anulado por el Papa Alejandro III.
También cuentan que este es el llamado “pueblo de las mil bodegas” y que su tradición vitivinícola se remonta al siglo X cuando la mayor parte de las bodegas estaban conectadas por pasadizos subterráneos
Algunas de estas bodegas se pueden visitar con guía previa reserva, pero nosotras tuvimos la suerte de que nos dejaran ver las del restaurante Enoteca del Marqués, donde también hay una terracita muy cuqui donde comer, cenar o tomar algo.
Fermoselle como mejor se ve es pateándola, pero no te olvides de visitar la Plaza Mayor, donde podrás ver la Iglesia de Nuestra señora de la Asunción, del s.XII, la calle Tellerías donde aún se conservan grabados de la época en la que los sefardíes poblaban este pueblo, o el mirador del Torrojón, con unas vistas espectaculares de la localidad y su entorno.
A continuación, te dejamos toda la información de utilidad para que aproveches al máximo tu visita.
Datos Básicos:
- Mapa de la ruta:
- Posada Rural Vinarius
- Dirección: C. Calzada, 8, 37797 – Castellanos de Villiquera (Salamanca)
- Teléfono: +34 658 86 45 19
- Email: vinarius@vinarius.es