Al norte de Polonia se encuentra Gdansk. Bañada por el mar Báltico fue una de las ciudades más ricas de Europa gracias a los mercaderes de ámbar.
Sin embargo, no todo en la historia de Gdansk es de color de «ámbar». Esta ciudad, sufrió (y mucho) los estragos de la II Guerra Mundial y del comunismo soviético pero la esperanza de recuperar tiempos mejores surgió de nuevo con la figura de Lech Wałęsa que empezó a cambiar las cosas desde los astilleros y llevó al país directamente al s. XXI.
¿Por donde entramos a los sitios? Anda que… ¡vaya preguntas os hacemos! ¿eh?. Pues por una puerta, claro. Y, en este caso, vamos a empezar nuestra visita a Gdansk por la Puerta Verde.
Lo primero que tenemos que destacar es que la puerta no es verde, es naranja. Y diréis… ¿entonces por qué se llama Puerta Verde? Parece ser que su nombre viene del puente que hay al lado, que fue construido en sus orígenes con materiales verdosos.
Se encuentra junto al río Motława y con estilo manierista, se alza este precioso edificio y sus 4 arcos, que se inspiraron en el Ayuntamiento de Amberes, Bélgica.
La construcción se completó entre 1568 y 1571 para ser la residencia formal de los monarcas de Polonia, pero, finalmente ningún rey vivió allí. Hoy en día, podemos visitar un museo en su interior.
Al cruzarla accedemos al mercado Largo, epicentro de la ciudad y damos comienzo a la “Ruta Real”, que conduce desde la Puerta Verde a la Puerta Dorada.
Las fachadas de los edificios os harán comprender que ésta era la zona donde vivían los ciudadanos más ricos de la Ciudad Real de Gdansk. Además, tenían palco privilegiado para ver las ejecuciones de brujas, herejes y criminales…
Siguiendo la Ruta Real, nos encontramos con uno de los símbolos de la ciudad, la Fuente de Neptuno. Donde, como viene siendo habitual en nuestro viaje por Polonia, no podía faltar una leyenda, según la cual Neptuno contribuyó a la invención del “Goldwasser” (el famoso licor de Gdansk). Aparentemente, se enfadó al ver a la gente echar monedas en su fuente y dio un fuerte golpe con su tridente en el agua. Así, las monedas de oro se convirtieron en pequeños trocitos dorados que desde entonces adornan el licor de hierbas.
Justo detrás de la fuente de Neptuno encontramos 2 de los edificios más bonitos de Gdansk, la Casa Dorada y Las Cortes de Artus.
La Casa Dorada fue construida a principios del s. XVII por orden del alcalde de la ciudad y es famosa por su fachada llena de adornos.
Las Cortes de Artus servía como lugar de encuentro de comerciantes y centro de vida social. Basado en la leyenda del Rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda, el edificio nació en el s. XIV con un claro espíritu de encuentro.
A partir de 1481, el Tribunal de Artus fue el asiento exclusivo de las hermandades mercantes de Gdansk y fue el principal salón social de la ciudad, donde se reunió la élite del Puerto, reyes, príncipes y gobernadores de toda Europa. Actualmente, además de su función como museo, es sede de ceremonias oficiales, conferencias y eventos
En esta plaza está también el Ayuntamiento que se puede visitar. Aquí os dejamos la web donde podéis informaros en cuanto a horarios y precios, eso sí, está en polaco…
Desde el Ayuntaniento nace la calle Dluga que acaba en la Puerta Dorada. En Dluga podemos encontrar una gran cantidad de restaurantes y edificaciones curiosas. Una de las viviendas más reconocidas en esta zona es la casa de Uphagen.
Se trata de la vivienda de un mercader del s. XVIII. En el año 1911 se convirtió en un museo y actualmente es una de las pocas casas de mercaderes de esta época abierta al público.
Os invitamos a que entréis a la casa para hacer un viaje en el tiempo y conocer cómo vivía la clase media en la época gloriosa de Gdansk. El salón del primer piso es tal vez la parte más significativa de la vivienda. En el segundo piso, las que fueran habitaciones de la casa, hoy funcionan como salas de exhibición.
Y llegamos a la Puerta Dorada, monumento de gran valor del Renacimiento. Era algo así como un símbolo de riqueza y fortaleza de la ciudad. Una manera de mostrar su poder. Fue construida entre 1612 y 1614. La inscripción latina en la parte frontal, resume de alguna manera la historia de esta ciudad, que ha sido víctima de la guerra pero se ha alzado sobre su pasado:
Concordia res publicæ parvæ crescunt – discordia magnæ concidunt
“De acuerdo crecen las repúblicas pequeñas, debido al desacuerdo caen las repúblicas grandes”
Justo al salir por la Puerta Dorada, si giramos a la derecha, nos vamos a encontrar con el edificio del Gran Arsenal, del s. XVII. Es un excelente ejemplo del llamado estilo flamenco renacentista en Polonia. Se trata de un edificio de ladrillo con detalles esculturales en piedra.
Ahora, vamos a volver sobre nuestros pasos, en esta ocasión por la calle Piwna hasta llegar a la Basílica de Santa María. Tiene el honor de ser la más grande del mundo construida con ladrillos. Como ocurre con otros enormes templos, es complicado verla en todo su esplendor, ya que está encajada entre las estrechas calles de la ciudad.
Aunque su origen fue católico, tuvo un periodo protestante y actualmente es nuevamente de culto católico. Durante la guerra, un bombardeo del Ejército Rojo hundió el techo y se perdieron sus frescos pero afortunadamente se salvaron las obras de arte más importantes.
Lo imperdible en su interior es conocer el imponente órgano, ver el reloj astronómico (preferiblemente a las 12 en punto para presenciar un desfile de figuras) y subir a la torre (si os atrevéis con los más de 400 escalones) donde tendréis ante vuestros ojos la mejor panorámica de Gdansk.
Nuestra siguiente parada es en la Calle Mariacka. Se trata de una pintoresca calle donde se concentran prácticamente todas las joyerías de ámbar. Tomaros vuestro tiempo en visitar y admirar estos establecimientos porque en muchas ocasiones ofrecen descuentos importantes, y, si os gusta esta piedra semipreciosa, es bastante factible que os podáis hacer con alguna pieza (aunque sea pequeña) con la que recordéis para siempre esta preciosa ciudad.
Al final de Mariacka, atravesando la puerta de Saint Mary, nos encontramos con el Muelle y la famosa Grúa de Gdansk.
Se trata de una antigua grúa portuaria que verás en todos sitios con el nombre de Grulla, que es como se conoce en polaco.
Es la grúa de madera más grande de Europa y manejaba la carga proveniente del Báltico. Todavía se puede visitar su mecanismo que necesitaba de varios hombres para que funcionara. Hoy en día alberga el Museo Marítimo Nacional.
Si queréis obtener una buena foto, tendréis que cruzar a la otra orilla del río.
Para finalizar nuestro recorrido por Gdansk, os recomendamos pasear sin prisas por la zona portuaria donde podréis encontrar múltiples cafeterías y restaurantes para hacer un alto en el camino e imaginar el esplendor que en un tiempo llegó a tener esta ciudad, miembro de la Liga Hanseática.