Igual así de primeras Spoleto te suena más, pero… ¿Qué nos dices de la Cascada y de Clitunno?
No, no nos hemos vuelto locas. Hay muchas Umbrias y hay que conocerlas todas. Además, como sabes, nosotras siempre os descubrimos lugares que no son tan conocidos pero que tienen mucho, mucho, mucho encanto.
Quédate un momento a leernos. Estamos seguras que incluirás estas paradas en tu próximo viaje a Umbria.
Cascada de Marmore
Sabemos que los romanos eran unos arquitectos de la leche y que nos dejaron entre otras cosas: acueductos, teatros, anfiteatros, templos…
Pero… ¿Cómo te quedas si te decimos que también construían cascadas? Que sí, que sí, has leído bien CAS-CA-DAS, con agüita y tal, como esta.
Te presentamos la Cascada de Marmore o Cascata delle Marmore, una impresionante caída de agua de 165m dividida en 3 saltos que se encuentra a unos 8km de la ciudad de Terni.
Seguro que estarás deseando saber 2 cosas: ¿Para qué construyeron esto? y ¿Cómo lo hicieron?.
Tranqui, tranqui, que ya vamos con la historia.
Hace 2.200 años aquí no había cascadas (Ojito a lo de 2.200 años). El río Velino, donde se encuentran las cataratas, tenía un camino completamente diferente que terminaba en un pantano. Las aguas estancadas del pantano eran poco saludables y se las culpó de varias enfermedades que afectaron a la población. El cónsul romano Manius Curius Dentatus ordenó la construcción de un canal en el año 271 aC, para drenar los pantanos y dirigir el exceso de agua al acantilado natural en Marmore creando las cataratas. Desde allí, el agua caía al río Nera.
Sin embargo, la solución no funcionó como se esperaba. El valle de Reiti continúo inundándose pero ahora también se inundaba el valle de Terni, donde el agua fue desviada. Fue tal la polémica entre las 2 regiones que el Senado romano se vio obligado a abordar el problema en el año 54 a.C., pero no se pudo llegar a un consenso y el asunto siguió sin resolverse durante siglos.
Ya, en el s.XVIII, Andrea Vici, puso fin al problema (ya era hora después de casi 1.800 años, ¿no?) instalando una válvula reguladora del flujo del agua.
Hoy en día hay una planta hidroeléctrica que hace que el flujo de las cataratas disminuya o aumente dependiendo de cuándo la planta libere su exceso de agua.
Para ver la cascada en acción es necesario ir en horarios puntuales, que varían según la temporada. Te dejamos aquí su web para que le eches un vistazo.
Cuando está en funcionamiento, el efecto es espectacular: una señal acústica señala la apertura de las compuertas de regulación, y en pocos segundos… ¡¡cascada al canto!!
Por la noche siempre está iluminada con luces LED de última generación. Una pasada.
A lo largo de los años, la cascada ha excavado cuevas con estalactitas y estalagmitas. Muchos de estas cuevas se pueden visitar, eso sí, si no llevas chubasquero, prepárate para un buen chapuzón; bueno y… ¡¡aunque lleves chubasquero también!!
Te recomendamos que explores la zona… hay unos senderos increíbles que te permitirán ver la cascada desde diferentes ángulos y… ¡¡No lo dudes!! ¡¡Mójate!!.
Spoleto
Spoleto es una de las ciudades más antiguas de Italia ubicada en la llanura sur del Valle de Umbría. Su historia comienza hace más de 2500 años, cuando la ciudad fue fundada por los hunos. Los hunos, los otros… venga vale ya, a recorrer la ciudad.
Empieza, como casi siempre, por la plaza principal. En este caso, la Plaza del Mercado, completamente renovada en 2017. Es el corazón de la ciudad con sus bares, restaurantes y tiendas típicas. Aquí está la Fonte di Piazza, una curiosa mezcla entre iglesia, fuente, reloj y frontón barroco. Eso sí que es ahorrar espacio y no lo de IKEA.
Ahora dirígete a la catedral, no te preocupes que no te pierdes, porque la plaza donde está se llama Plaza del Duomo. Recuerda: Duomo = Catedral.
La Catedral de Santa Maria Assunta, es el símbolo de la ciudad. Fíjate en su fachada románica, el campanario, los rosetones y el mosaico central. En el interior destacan los magníficos frescos de Filippo Lippi.
Ve descubriendo poco a poco las calles de Spoleto hasta llegar a la Rocca Albornoziana situada en la colina de Sant’Elia. Se trata de una fortaleza defensiva del s.XIV desde donde tendrás unas vistas espectaculares del centro histórico. Sí, hay que subir pero merece la pena.
Ya de bajada, acércate al Puente de la Torre (Ponte delle Torri). Tiene una longitud de 230m y una altura de más de 80, soportado por 10 pilares.
Puedes caminar por él, y ya de paso te llevas unas preciosas vistas sobre el arroyo.
Si visitas Spoleto por la noche verás el puente completamente iluminado. ¡¡Súper chulo!!
Coge el coche de nuevo. Próxima parada Campello sul Clitunno.
Campello sul Clitunno
A veces, después de ver tanto arte hay que parar un poco y observar otras cosas como por ejemplo… ¡¡una dosis de naturaleza!!.
Para conseguir este objetivo te va a ayudar Campello sul Clittuno; un pequeño pueblo fortificado a unos 10km de Spoleto.
Pero… ¿Qué es lo que más destaca de él? Un parque, cuyo protagonista es el agua, los sauces llorones y el silencio.
Este paraíso se llama Fonti del Clitunno. Un conjunto de lagos alimentados por aguas subterráneas que te transportarán a esos jardines de otra época… esos de los palacios tipo Sisi. Tú, ya nos entiendes. ¿A qué sí?.